Los 7 peores Papas de la historia

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La figura suprema de la fe católica a través de sus 266 exponentes a lo ancho y largo de la historia han tenido roles decisivos en los devenires de la cronología humana. La guía de más de mil millones de personas alrededor del mundo, ha sido relacionada siempre con bondad y sabiduría. Un modelo a seguir entre los hombres, un faro de luz en los tiempos difíciles y el líder espiritual por antonomasia.

Pero así como ha habido buenos Papas, la puerta trasera de la historia tiene relatos terribles que contarnos acerca de aquellos hombres que desde la supremacía que otorga este rol, cometieron no sólo los más ruines actos de corrupción y depravación. Sino además orquestaron asesinatos, traiciones y baños de sangre.

De los más terribles papás que existieron se pueden contar historias cuya inmundicia aún hoy nos deja incrédulos.

Estos son los siete peores Papas en la historia.

Juan XII (955 – 964)

Juan XII (955 - 964)

Octaviano fue nombrado papa en el 955 después de Cristo, a los 18 años de edad decidió que su nombre sería Juan, como anteriormente hubo 11 pontífices que eligieron ese nombre. Entonces a él le tocaría ser Juan XII.

Pero lo importante en esta historia, es que poco sabían los clérigos de entonces que estaban cometiendo un error gravísimo al elevar a este joven al poder. Juan XII sabía mantener las formas y era buen diplomático pero sus apetitos sexuales simplemente lo superaban. Los escándalos que sufrió la iglesia por su culpa, dejaron cicatrices que hoy mil cincuenta años después todavía son tema de cotilleo.

A este Papa se le acusa de cometer incesto con su madre, quien era una prostituta. También con sus hermanas y sus sobrinas. Podría decirse que estos fueron viles rumores infundados por sus rivales pero pasa que la reputación, que el propio Juan XII, se formó con las mejores pruebas para avalar estas terribles acusaciones.

Para empezar tenía un harén, es decir, un grupo amplio de mujeres a su entera disposición. Con las cuales hacía el amor día y noche en los aposentos del palacio de letrán, antiguo hogar de los Papas.

Esto no era suficiente para Juan, quien encima toqueteaba y cada vez que podía fornicaba con las mujeres que iban a la iglesia a rezar o pedir favores y fue acusado de pedófilo y sátiro.

Su papado es conocido como una de las etapas más inmorales y sórdidas en la historia de la iglesia.

Murió en el 964 después de Cristo a los 27 años de un martillazo en el cráneo, propinado por un marido celoso.

Benedicto IX (1044 – 1048)

Benedicto IX (1044 - 1048)

En el año 2013 Joseph Ratzinger mejor conocido como Benedicto XVI, pasó a engrosar una breve lista de sumos pontífices que renuncian al papado. Alegando razones de fuerza mayor como vejez, agotamiento o facultades mentales desmejoradas todo por el bien de la iglesia.

Sin dudas un caso muy distinto al de un tipo llamado Teofilacto, quien pasó a la historia como Benedicto IX, uno de los peores Papas que jamás existió. Así como Juan XII no podía resistir la lascivia, Benedicto IX era el Papa de la avaricia.

Un diplomático extremadamente hábil que hizo algo atroz, vendió el papado al mejor postor. O sea, se decidió abandonar el puesto a cambio del clérigo o político que le ofreciera la mayor cantidad de dinero.

Lo peor es que por algún motivo Teofilacto volvió a ser papá poco después. Durante sus vacaciones aprovecho para casarse con su prima.

Sin embargo, este Benedicto también tenía apetitos sexuales variados. Lo acusan de haber convertido el palacio papal y cito “burdel de hombres”.

Cuando los clérigos de entonces se estaban cansando de él, Benedicto IX hizo su última jugada maestra, volvió a vender el papado al mejor postor. En su dudoso honor, el Papa Victor III dijo de él “su vida fue tan vil tan inmunda, tan execrable que tiemblo al pensar en ello”.

León X (1513 – 1531)

León X (1513 - 1531)

El papá que representa la corrupción Giovanni Di Lorenzo de Medici, mejor conocido como León X. Este hombre alcanzó el papado a través de una vasta red de tráfico de influencias.

Lorenzo era extremadamente hábil amasando fortuna pero aún más disfrutándola. A él se le debe una de las frases papales más oscuras e infelices en la historia.

“Ya que dios me ha dado el papado entonces vamos a disfrutarlo”.

Organizaba fiestas costosísimas, se colmaba con todos los lujos que le provocaba, daba banquetes todos los días, era caprichoso y terriblemente despilfarrador, hasta el punto que puso las arcas de la iglesia en ‘números rojos’.

Por su culpa hubo que empeñar joyas y mueblería histórica para recuperarse de la resaca egoísta y personalista de León X, quien pasó a la historia al ser el Papa por el cual el fraile Martín Lutero acusó a la iglesia de corrupta. Comenzando así una rama alterna del catolicismo llamada luteranismo y protestantismo.

Esteban VI (896 – 897)

Esteban VI (896 - 897)

Uno de los temas de conversación más interesantes, es dilucidar con qué criterio elegían a los papás en los viejos tiempos. Uno no sabe si los clérigos tenían predilección por las personas excéntricas, o es que las personas excéntricas sabían disimular normalidad muy bien.

Esteban VI trae colación a este tema como ningún otro sumo pontífice. Instigador de un escándalo estrafalario y siniestro que sobrevivió 1117 años, siendo aún tema de conversación hoy en día.

¿Qué hizo este señor?. Una de sus primeras órdenes como cabeza de la iglesia, fue desenterrar a su antecesor el Papa Formoso para someterlo a juicio. En un acto que pasó a la historia como el concilio cadavérico o sínodo del terror.

Su santidad Esteban VI, mandó a vestir el cuerpo carcomido y de aspecto somnificado de Formoso, con sus antiguos atuendos papales. Lo sentó en una silla y ahí acusándolo de ilegítimo celebró un acalorado juicio en su contra que parecía más una pesadilla.

Esteban VI sentenció que a el cuerpo de Formoso se le debían amputar tres dedos y ser arrastrado por las calles de Roma ante la gente. El cadáver fue quemado y luego arrojado al río Tíber.

Esta bravuconada caótica y desquiciada le costó a Esteban muy caro. Las autoridades eclesiásticas, decidieron que este señor debía ser depuesto a toda costa y así fue. Irónicamente hicieron un juicio en su contra, acusándolo exactamente de lo mismo que Formoso, como si fuera una venganza orquestada desde el más allá por el antiguo Papa.

Esteban VI murió poco después estrangulado.

Alejandro VI (1431 – 1503)

Alejandro VI (1431 - 1503)

Este hombre fue por desgracia más un monstruo político que un hombre de Dios. Si sabes algo de historia su nombre habla por sí solo Rodrigo Borgia o Papa Alejandro VI.

Fue uno de los líderes más odiados de su era, podría decirse que fue elegido por su vasta experiencia. Pues antes de ser papá ocupó cargos como sacerdote y cardenal, pero lo cierto es que todo lo que obtuvo este señor, fue a través del soborno, la coerción y las amenazas.

Rodrigo Borgia era un hombre extremadamente rico, quien sabía utilizar muy bien el poder para salirse siempre con la suya. Célebre por inventarle cargos criminales a sus rivales, el Papa Alejandro VI, no sólo hundió a innumerable cantidad de críticos a través de juicios falsos que aniquilaron a grupos familiares enteros. Sino además, ordenaba decomisar la fortuna de estas familias para sumarlas a sus propias arcas.

Su larga estadía en el papado, se debió a una mezcla del terror que infundaba en la gente y complejas maquinaciones que acababan siempre en la destrucción de sus oponentes.

Por si lo anterior fuera poco, a este Papa se le acusa de incesto al tener relaciones sexuales con su propia hija. Se le acusa además de haber sido padre de siete niños ilegítimos y de organizar orgías en el palacio.

Sergio III (897 – 911)

Sergio III (897 - 911)

Entre los entendidos, esto es tema de intenso debate porque para muchos Sergio III fue el más vil Papa que ha visto la historia.

Durante su periodo se fundó lo que quizá, fue la era más baja e inmoral en la historia del catolicismo. La pornocracia en la que la iglesia católica cayó bajo la influencia y citó “de rameras”.

Sergio III también inició el sae cullum obscure um, mejor conocido como la era oscura que atrasó a la humanidad durante siglos. Tomaría mucho tiempo nombrar todos los crímenes de este señor pero podemos resaltar algunos.

Participó en rituales paganos en los que se hacían sacrificios humanos, castigaba a las monjas que no le caían bien despojándolas de los hábitos y sentenciandolas a vivir de la prostitución.

Antes de ser nombrado sumo pontífice Sergio III, conspiró y logró asesinar a dos Papas antes que él. Tuvo un hijo ilegítimo a quien violó hasta el hartazgo, mandó a asesinar a numerosas personas y tenía fama de ser despreciable y sumamente peligroso.

Urbano II (1088 – 1099)

Urbano II (1088 - 1099)

Otto de Lagery, era sin dudas un hombre brillante, político hábil, estratega magistral, intelectual impecable. Quizás fueron todas estas cosas las que le permitieron llegar al papado en el año 1088 bajo el nombre Urbano II.

El problema es que tras sus modos educados y su lenguaje sofisticado, se escondió un monstruo agresivo que sabía disponer muy bien de aquellos que lo cuestionaban. Mandó arrestar a muchos cardenales de manera ilegal sentenciándolos a cadena perpetua.

Podía haberlos mandado a ejecutar pero Urbano II quería que estuvieran vivos, para asegurarse de que vieran cómo vendía a sus familias como esclavos. Si esto no fue suficiente para enviar un mensaje muy fuerte a toda la curia. El hecho de organizar grupos de sicarios profesionales para que viajaran y masacraran a todos los hombres de poder y sus familias que se le oponían, sin dudas si lo hizo

Otto de Lagery, era un hombre con el que no se podía jugar pero no fue por esto que pasó a la historia, sino por una entramada conspiración. Urbano II asistió al emperador Alejo en su guerra contra los turcos, no para ayudarlo, sino porque quería anexar territorios que estaban ocupados por los musulmanes.

Este Papa ganó la guerra contra las fuerzas del medio oriente y eso debió ser suficiente pero bajo el lema de deus vult, es decir dios así lo desea, comando desde su trono papal la primera santa cruzada.

Organizó un holocausto limpiando la tierra santa de toda presencia musulmana. Los soldados cruzados no perdonaron la vida ni de mujeres ni de niños. De ello derivan historias de violaciones, masacres, gente clavada en estacas, niños decapitados, aldeas y ciudades quemándose.

Por orden de Urbano II, Jerusalén se convirtió en el mismísimo infierno. Un cruzado escribió lo siguiente para las páginas de la historia “la masacre en la ciudad fue tal que la sangre de los civiles nos llegaba hasta los tobillos”.

Se estima que durante la primera cruzada murieron entre 700.000 y un millón de personas. Para aquella época, eso era una fracción de la humanidad y el Papa Urbano II lo vio todo desde su trono.

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